viernes, 30 de septiembre de 2011

Viernes, mañana.

De nuevo vuelvo a aburrirme. Cada vez me aburro antes... me aburre lo monótona que es mi vida los fines de semana.

No tengo mucho que escribir, es tan sólo un dato a resaltar de mi aburrida, aburrida semana.
Las clases ya han empezado con normalidad, y no tengo tiempo para nada.

Tengo ganas de salir de aquí, todo tiene tanto sentido e importancia para los demás que me exaspera.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Miércoles, madrugada.

Las clases comenzaron. Ya conozco a varios de mis compañeros. Gente normal, con ese humor que caracteriza a todos los andaluces... no es algo que me desagrade, son graciosos, simpáticos, extrovertidos... pero es eso lo que me hace pensar una y otra vez que yo no pertenezco del todo aquí.

O puede que ya me haya acostumbrado tanto a mis amigo que sólo puedo ser del todo extrovertido con ellos.
Digamos que a alguien como yo le gusta más mantener una conversación con un grupo reducido de personas.
pero bueno, tampoco pretendo basar mi año en eso. Hay muchas cosas de las que me tengo que ocupar, y demasiadas responsabilidades para lo poco que llevo.

El primer día pude ver a todo el mundo sonriendo, menos a un chico que estaba detrás mía. Hablaba con la gente totalmente serio. Tiene el pelo crespo, no está... digamos que no está en plena forma, y bueno, tiene unas orejas raras. Además es bastante reservado. 
Me quedé un buen rato mirándole, intentando saber algo más de él por sus gestos, su comportamiento.
En el descanso vi que hablaba con uno de mis compañeros  con los que mejor me llevo, así que me acerqué a ver qué mas podía descubrir de él.
Fue una gran decepción, el chico acabó sonriendo y hablando de porros.

No hay nada más que pueda destacar de lo que llevo viendo.
Chicas majas, profesores que se hacen los enrollados, la típica fauna de principios de curso.

Estoy deseando que dejen todos de mostrar su cara social. O dejar yo de ser un cretino.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Lunes, madrugada.

Está llegando. El momento que millones de jóvenes desean o temen que llegue.
Sea lo que sea, es algo que no deja indiferente a nadie... ya es una realidad, en unos días comenzarán las clases para todos. 

Todo el mundo suele ir al primer día de clase cargado de cientos de espectativas para este nuevo año escolar. Nuevos retos, nueva gente... lo único que no es nuevo es esa misma sensación. 
He de decir que yo no soy menos, el curso anterior puede que distase algo de todo este tema. Iba a cumplir lo que debía hacer, no necesitaba nada más, y lo conseguí.

Me alegra poder saber que este año no tendrá que ser igual. Me invaden las preocupaciones y los nervios por saber qué me espera, pero no es algo a lo que le esté dando mucha importancia, porque se que esto no va a ser permanente.

No tengo claro hasta cuanto me va a durar todo esto, pero espero que no sea sustituido por otro tipo de sensaciones que a la larga no me ofrezca nada mínimamente fructífero.

martes, 6 de septiembre de 2011

Martes, madrugada.

Y es que, no se puede querer conseguir todo... ese pensamiento avaricioso y egoísta es el que nos hace perder en ocasiones la razón. Siento mucho ser yo quien tenga que decirte esto. Sobre todo por lo desagradable de la sorpresa de que sea yo, justo yo, la persona que tenga que hacértelo saber.

Todo lo que has conseguido ha sido fruto de tu enorme lista de mentiras, estratégicamente creadas para salir siempre airoso de todos los problemas, y de alguna forma tener más fuerza a la hora de hablar de ciertos temas. No lo has hecho para reírte de nadie, estoy seguro de que no eres mala persona... pero debes admitir que tienes un problema. Si no, acabarás con esto. Con todo lo que has creado, y todo lo que has conseguido. Y estoy cien por cien seguro que lo último que deseas es esto.

Yo sólo te pido disculpas, es lo único que puedo hacer ahora, además de hacerte desaparecer. No me siento cómodo con todo esto, y en estas situaciones sólo puedo actuar de forma práctica. Aún no hemos llegado al apogeo, pero descuida...