Después de una fructífera noche tocando la guitarra bajo el aroma de unos Marlboro he llegado a la conclusión de que necesitaba esto.
A las 4 de la mañana decidí pasarme por Twitter, pude cotillear los tweets de dos de mis contactos. Hablaban de amor. Uh, amor.
Amor.
Está bien, empiezo a pensar que todo este tema está sobrevalorado. No se necesita a alguien para ser feliz, ¿no?
Últimamente he ocupado mi tiempo en observar a la gente, no entiendo qué le pasa al mundo, es todo como una especie de competición por ver quién es la persona más ilustre, más filosófica y profunda, ocurrente, original, del lugar. ¿Por qué esa sed de reconocimiento? Puede que sin quererlo yo me haya convertido en lo mismo, pero ni siquiera pueda darme cuenta de eso. Puede que yo también sea como todo el mundo, con esas ganas de ser elogiado por algún público, pero mi mente narcisista no me deja verlo con claridad. De ahí la explicación por este blog. Puede ser, podría ser como todos, quizá ellos también critiquen mis actos...
O no, véase el desesperado sentimiento de soledad que embarga a mucha gente cercana a mí, por el simple hecho de no tener a nadie a su lado, por no tener a esa "persona especial". Creo que no tengo eso, parece que viene de serie, la verdad es que con el tiempo he aprendido a apreciar mi situación, a aceptar mis pensamientos, y no se está mal. Puede que dentro de un tiempo diga todo lo contrario, a lo mejor algún día me levanto de la cama pensando que quiero a alguien que me abrace no de la forma en la que lo hacen mis amigos. Pero por ahora, no es así. Ni creo que lo sea en un buen espacio de tiempo.
Porque, no quiero estar con alguien que tenga la misma sed de reconocimiento que tienen las personas que veo. Me caen mal la gente tan
humana.