martes, 23 de agosto de 2011

Martes, madrugada.

Escribo mientras escucho los pequeños ronquidos de Jairo. Sí, ya está aquí, y ha sido un gran día.
Le echaba tanto de menos... ya se me había olvidado cómo hablaba en persona, me había acostumbrado a su voz por micrófono y por teléfono.

Nuestro reencuentro ha sido extraño, desde la última vez que nos vimos las cosas cambiaron bastante, aunque no hemos hablado del tema, es más, creo que prefiere no hablar de ello, dado que al cabo de dos o tres horas todo volvió a la normalidad.

Este tipo de amistad, o lo que quiera que sea esto me gusta, realmente Jairo para mí es la persona perfecta, no me imagino sin su compañía.

Nos hemos llevado todo el día hablando de trivialidades y tonterías, como si tuviésemos todo el tiempo del mundo y jamás se fuese a volver a Alemania. Las cosas con su chico ahí no han ido bien por lo visto, y poco después pude descubrir el por qué de su ruptura.
Es comprensible, por muy tímido que sea Jairo, es una persona con cierto tipo de necesidades, al igual que yo. Y ese tipo de ausencias, suelen causarnos grandes daños. Me asusta pensar que somos tan parecidos, es algo que me inquieta y me divierte a su vez, me gusta ese sentimiento de total compenetración con una persona. ¡Y qué mejor persona para compartir eso que Jairo!

Hemos cenado en el tejado, recordando viejos tiempos mientras fumábamos tabaco y bebíamos Jägermeister, una botella de algo que sabe horrible, pero que me bebí por pura diversión, y porque me apetecía beber con Jairo. Cuando solemos beber suelen salir varias cosas muy sinceras entre nosotros, pero esta noche hemos estado como... no se, como esperando a ver quién daba el primer paso para poder soltarlo todo de una vez. Nadie lo dio, es obvio, es igual que yo, somos retorcidos y calculadores, los dos esperamos lo mismo, y los dos sabemos que lo sabemos.
Supongo que daré yo el primer paso, prefiero hablar de esto cuanto antes para enmendar todo lo que pueda pasar después de esta conversación antes de que se vuelva.

Me voy a dormir, hoy ha sido un día agotador.

domingo, 21 de agosto de 2011

Domingo, tarde.

Mi letargo mental ha acabado.

Jairo vendrá en un día, estoy impaciente, las nuevas circunstancias son inmejorables, no puedo quejarme. Realmente, nunca puedo quejarme, no debo quejarme, ni lo hago, no me quejo.
Mañana las cosas volverán a ser como antes, al menos por unos días, todo volverá a cobrar el color que tenía antes.

Supongo que le debo muchas explicaciones, aunque viendo cómo es el tema, en mi opinión este tipo de relaciones no merecen explicación alguna. Es todo demasiado complejo como para poder excusarme con palabras... no sabría qué decir.
De todas formas es algo que no me preocupa del todo, ha sabido minuto a minuto todo lo ocurrido, me conoce, y sabe perfectamente el por qué de mi comportamiento.

Me sorprende cómo algunas cosas pueden llegar a ser tan complicadas que acaban saturándose a sí mismas y se transforman en algo perfectamente comprensible y con solución inmediata...

...

Pensé que ella volvió, pero sólo fue una pequeña crisis. Me alegro, estoy orgulloso de mí mismo, ya no es mi amiga.


viernes, 19 de agosto de 2011

Viernes, madrugada.

Lo sabía, no me ha sorprendido. Me consuela saber que soy mejor, y creo que en casi todos los aspectos.

En fin, todo mucho mejor, está todo tan claro que me divierte que piensen que no me entero de nada. El caso es que me caen bien, y de esta manera me siento muy superior.
Soy feliz, tengo Marlboro, una cerveza, música, y esto, que es mi desahogo más rápido y eficaz.

¿Y se reía de él? Me gustaría saber qué pasaría si toda la verdad saliese, pero es demasiado complicado hacerla surgir por obra propia. A no ser que yo también tenga que ser del todo sincero, y andarme sin remordimientos a la hora de hablar este tema con él. El otro día lo hice, eso sí, estaba bajo los efectos del alcohol.

...

Me doy algo de miedo, sigo con todo esto. Esta vez no cuento nada, este tema está demasiado explotado ya como para seguir haciendo comentarios al respecto, además me horrorizaría ser la persona depresiva de la antología de Foster Wallace, así que prefiero callármelo. O en su defecto, escribirlo aquí. Total, si alguien lo lee me resbala bastante. De todas formas, estoy casi al final de todo. En unos días, semanas como mucho, habrá acabado todo, y me reiré.

En breves iré a Málaga, y después a Madrid. Me centraré en las cosas buenas, como ya he dicho muchas veces. ¡¡Las circunstancias actuales me lo permiten!!


lunes, 15 de agosto de 2011

Lunes, tarde.

Está bien, creo que paso por estados muy distintos y en muy poco tiempo. Es curioso, en realidad me parece divertido, me entretiene eso de no controlarme del todo. Es decir, simplemente me dejo llevar. Si no tengo ganas, no tengo ganas.

¿Hay algún tipo de regla no escrita que obligue a dos personas a recuperar una relación que ha sufrido graves daños en un plazo de menos de dos semanas?
En fin, no estoy preparado para resetearme, estoy gozando de mi despecho, mi indecisión, y mis celos. Es más, retozo en ellos, ¡a saber cuándo voy a volver a sentir todas estas sensaciones!
¿Y si nunca más las siento? podría volverme un ser frío y frígido sentimentalmente hablando, algo así como una especie de Effy Stonem. Pero espero no volverme loco hasta al menos haber cumplido los sesenta años, si es que llego vivo a ellos.

Bueno, pues... en resumen, ya se me pasará, no me considero rencoroso, sólo me gusta disfrutar de mis problemas y penas, si no aprendes a apreciar lo que más puede llegar a abundar en tu futuro, (poniéndonos pesimistas...) podrías acabar suicidándote, o algo así.

Qué mal...


martes, 9 de agosto de 2011

Lunes, madrugada.

Puede que lo que necesite es que le hagan sufrir, aún no ha experimentado eso.
Ayer lo comenté. Piensa que puede tenerlo todo, que no perderá nada importante.

No le deseo eso, pero como correctivo no estaría mal.
De todas formas, esto es algo que ella no se ha buscado, fue todo una mala interpretación de los actos por parte de Tim.

(Actos que podrían haber sido explicados en su momento.)