martes, 28 de junio de 2011

Martes, madrugada.

En ciertas situaciones me sorprende como se puede llegar de un extremo a otro en cuestión de minutos, segundos...
Puede que una simple converación, una pequeña y sutil acción, o cualquier otra cosa que en un primer momento no pienses que pueda tener mucha importancia, acabe haciendo que cambies ciertas ideas que piensas que tienes claras.

¿Hasta qué punto una persona puede dejarse llevar por las palabras de el ser que ocupa la mayor parte de sus pensamientos? Y creo, que en todos los casos, una vez se cambia de idea, esperas no haberte equivocado al elegir. Una pena que la mayor parte de ese grupo de personas que se deja influir de esa manera no acabe su historia como ellos ansían.

La culpa, es de la parte débil.

martes, 21 de junio de 2011

Martes, madrugada.

Llevaba tiempo sin ver a Chaplin en la televisión. A mi nana le habría encantado, ella siempre ha encontrado a Charles muy atractivo... yo solía decirle que era porque tenían la misma edad, y ella se hacía la ofendida...

Espero no terminar nunca como ella terminará, faltan muy pocos días para que todo llegue a su fin. Espero poder llegar a tiempo, de lo contrario no podría perdonármelo jamás.
Se perfectamente que no es culpa mía, yo no estoy aquí porque yo quiero. Pero me siento culpable, o algo por el estilo.

Puede que sea por los últimos hallazgos sucedidos. Tampoco es que eso me ayude del todo.
Pero ese tema ya está solucionado. Pienso centrarme sólo en cosas en las que no malgaste mi tiempo. Me niego a ocupar el lado que sale perdiendo. Valgo mucho más que eso, y él me lo está demostrando con cada gesto que hace.

Volviendo a nana, espero llegar, sólo espero eso, ya que lo demás está perdido.

miércoles, 15 de junio de 2011

Miércoles, madrugada.

No me gusta que me discutan. Creo que es algo que no le ha quedado claro.
Esos aires de superioridad me enervan, eso no le corresponde. Él no tiene que hacerlo, ni yo lo hago. Hay una estrecha línea entre ser, de forma inofensiva, un tanto calculador, y otra comportarse como un perfecto capullo y alardear de ello esperando sumisión por la otra parte.
Me pone nervioso esta situación, y seguramente no aguante mucho tiempo. No es ese comportamiento lo que me atrae de él, es eso lo que empieza a repelerme.

Esto de esta manera no va a ninguna parte, y pienso finalizar todo esto tan absurdo e insano que empieza a sacarme de mis casillas. Tengo cosas mejores en las que ocupar mis pensamientos, y esto es demasiado complicado para el poco peso que tiene el asunto.

lunes, 13 de junio de 2011

Lunes, madrugada.

"Yeah, that's not the song"
Me encanta Phoebe Buffay y su Smelly Cat.

Estoy a oscuras, mi habitación es un desastre.
El suelo está cubierto completamente por ropa. Por algún motivo hay un bote de comida para tortugas enorme justo encima de la impresora, junto a tres botellas de agua. He puesto el teclado del ordenador en el suelo, donde yo estoy. Mi mesa tiene overbooking. No veo la barra inicio, está todo lleno de envoltorios y me limita mucho mi campo visual.
Hay polvo en la estantería de los libros, pero no hay libros. Los libros están en la cama, que no tiene sábanas. Me propuse hacerla antes, pero me quedé dormido.
La silla está manchada de azúcar glass. Comí unas ensaimadas riquísimas.
La mesita de noche está cubierta de cojines, y Amelio está encima.
No encuentro mi váscula, debe estar enterrada en mi alfombra de ropa.
Estoy en pijama.

Me río, todo esto me empieza a divertir.

sábado, 11 de junio de 2011

Sábado, madrugada.

La promiscuidad insana, aquella que se basa en conseguir a la presa no necesariamente con fines sexuales. Puede que los seres portadores de esa variante sean las verdaderas víctimas, en cualquier caso las dos personas suelen salir perjudicadas.
El promiscuo insano con ese comportamiento sufre un deterioro de su imagen, de forma que el resto de personas le ven como eso, un promiscuo. En estos tiempos de libertad sexual la promiscuidad no está del todo mal vista. Lo justo, al menos la promiscuidad con fin sexual.
El damnificado, la presa, o como pueda llamarse al ser "B" sufre el desconsuelo del amor perdido. O eso puede asegurar. Yo no acabo de ver del todo esa teoría, tengo una imagen de todo eso algo personal.

Puede que el promiscuo insano crea que hay sentimientos en esa relación, puede que sólo sea una persona confundida, que nunca acaba de ordenar sus pensamientos, sus sentimientos, sus ideas, y que sólo intente buscar la experiencia de la que mucha gente habla y de la que vive rodeado.
O simplemente sea un alma morbosa que busca sentir el afecto de una persona en especial por un período de tiempo, y después desecharla, y buscar un nuevo afecto.

...

En resumen...

odio a la gente.

martes, 7 de junio de 2011

Martes, madrugada.

Después de todo, todos tenemos nuestro talón de Aquiles.
Me gustaría saber en qué va a acabar todo esto. Creo que sólo soy algo posesivo. Pero bueno, qué se le va a hacer, es algo que no puedo controlar, pero sí disimular, y se me da bien disimular. No he hecho otra cosa en dieciocho años.
Además me gusta esa sensación, la de sentirme deseado. Pero no es lo mismo del todo, él no está totalmente detrás mía, y eso me resulta más tentador. No va mostrándome cariño ni cosas por el estilo, pero a la vez deja entrever que sí le intereso. Bueno, entrever es una palabra que se queda algo corta...

Siempre he sido fiel defensor de la teoría de no revivir fantasmas del pasado, pero ahora he de decir que no está tan mal. No suele atraerme la misma persona dos veces, pero esque él no es la misma persona que yo conocí, cosa de la cual me alegro profundamente.

Además estas memeces -porque son memeces- me están dando algo más de vidilla. Llevo aburrido semanas y semanas, no estoy dispuesto a aguantar a nadie, ni siquiera a mí mismo. Pero esto no es mala idea, por ahora. Veremos dentro de un mes, que es cuando empezaré a tomar las decisiones. Mientras tanto, no puedo quejarme. Bueno, sí puedo, pero me gustan mis quejas.

Me he dado cuenta de que necesito que algo no me vaya bien, para que todo me vaya bien.

jueves, 2 de junio de 2011

Jueves, mañana.

Ser la tercera persona en discordia es una situación poco cómoda.
Si existe una especie de relación no formalizada, en la que uno de los dos integrantes tiene dudas, ¿qué debe hacer la persona con dudas?

Lo sensato sería compartir sus preocupaciones con la otra persona. Esa es la teoría, pero llevado a la práctica suele costar algo más. Puede llevar a la ruptura, pero no a una ruptura por agotamiento de la relación, está cambiando a una persona por otra, como niños que se cansan de sus juguetes.

Y el tercero, ¿qué piensa de eso? ¿qué comportamiento debe adoptar la persona por la cual puede haberse ocasionado ese daño? Es una postura un poco incómoda, me imagino.
Al menos para las personas con conciencia, románticas y todas esas bonitas facultades de las que escribe Danielle Steel en sus novelas...

Es más fácil ser el tercero cuando no tienes de eso. Si no ha causado daño en tí mismo, ¿por qué pensar en el de los demás? Es decir, seguramente esas cosas pasen tarde o temprano, si ha pasado ahora con ese tercero específicamente, podría haber pasado después con otro si no se hubiese terciado la oportunidad con el anterior.

No todo va tan bien como se quiere pensar, además si uno de los dos tiene esos problemas para mantener una relación.

En resumen, los tres papeles son jodidos, pero yo, personalmente, prefiero no ser el cornudo y ser algo más cabrón.