jueves, 2 de junio de 2011

Jueves, mañana.

Ser la tercera persona en discordia es una situación poco cómoda.
Si existe una especie de relación no formalizada, en la que uno de los dos integrantes tiene dudas, ¿qué debe hacer la persona con dudas?

Lo sensato sería compartir sus preocupaciones con la otra persona. Esa es la teoría, pero llevado a la práctica suele costar algo más. Puede llevar a la ruptura, pero no a una ruptura por agotamiento de la relación, está cambiando a una persona por otra, como niños que se cansan de sus juguetes.

Y el tercero, ¿qué piensa de eso? ¿qué comportamiento debe adoptar la persona por la cual puede haberse ocasionado ese daño? Es una postura un poco incómoda, me imagino.
Al menos para las personas con conciencia, románticas y todas esas bonitas facultades de las que escribe Danielle Steel en sus novelas...

Es más fácil ser el tercero cuando no tienes de eso. Si no ha causado daño en tí mismo, ¿por qué pensar en el de los demás? Es decir, seguramente esas cosas pasen tarde o temprano, si ha pasado ahora con ese tercero específicamente, podría haber pasado después con otro si no se hubiese terciado la oportunidad con el anterior.

No todo va tan bien como se quiere pensar, además si uno de los dos tiene esos problemas para mantener una relación.

En resumen, los tres papeles son jodidos, pero yo, personalmente, prefiero no ser el cornudo y ser algo más cabrón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario